sábado, 21 de enero de 2012

Reflexiones sobre el cierre de Megaupload

Nada más en 48 horas, recientes eventos han retumbado fuertemente en los dominios de la red. El primero fue el apagón de muchas empresas de Internet en protesta por la propuesta de ley estadounidense conocida como SOPA, y su contraparte PIPA, y el segundo fue el cierre de uno de los mayores cyberlockers, Megaupload. Para los que no estén enterados, los invito a dirigirse a mi perfil de Google+, donde desde el año pasado he estado compartiendo cosas interesantes, y especialmente sobre SOPA (Stop Online Piracy Act, por sus siglas en inglés) desde que se empezó a discutir en el Senado de ese país. En esta entrada, una reflexión sobre lo que está pasando y sus futuras consecuencias.



Lo que ha sucedido el día de ayer se puede calificar de extremo, imprevisto, increíble, y posiblemente, muy decepcionante. El cierre del sitio de almacenamiento de archivos Megaupload sienta un precedente sin igual sobre la forma tan absoluta en que unos pocos que ostentan todo el poder económico lo utilizan para lograr sus intereses. El caso de Megaupload empezó con una investigación porque se les acusa de ser cómplices y auspiciantes de la infracción de las leyes de copyright (derechos de autor) estadounidenses, donde estas leyes han sido modificadas en años recientes (estamos hablando de menos de 20 años) para darle mayor control a las empresas sobre "su" propiedad intelectual. Aunque realmente la batalla de esta industria por el control de los ciudadanos de a pie comenzó desde que aparecieron las primeras máquinas caseras para copiar cintas de video y de audio. Yo diría que es gracias a esa posibilidad que ofrecieron las nuevas tecnologías de compartir conocimiento e inspiración son lo que nos ha traido hasta donde estamos, pero tal vez me desvío del tema (otro para sacar del cajón, este mismo mes).

Megaupload surgió como una alternativa para que usuarios de todo el mundo pudieran acceder a sus archivos y compartirlos más fácilmente, reemplazando en buena medida la conexión directa, el envío por correo de discos CD y DVD, el auto-hosting (la práctica de montar un servidor web personal para alojar los archivos y que sean accesibles por cualquiera que posea la dirección del sitio), y hasta el torrent. Ya no era necesario instalar un programa especializado para descargar un archivo que te compartían, se acababan las largas horas de espera a que te enviaran los pedazos por correo para unirlos en tu casa, el correo de la empresa ya no se saturaba con archivos de trabajo grandes, ciertamente los cyberlockers fueron una grata herramienta que muchos esperábamos.

Sin embargo, algunas personas empezaron a darles otro uso menos legítimo, aunque eso todavía es un campo gris y poco explorado en términos legales. Ahora era posible conseguir contenido muchas veces protegido por derechos de autor de forma fácil. El "pirata" (nótese que uso el término para propósitos de unificación, aunque no es el correcto) sólo tenía que copiar sus archivos, legítimos o no, en el cyberlocker y darle la dirección a cualquier persona que quisiera utilizarlos; esto se llegó a aplicar para compartir música, películas (incluso antes de sus estrenos), programas y cualquier archivo digital, sin que las empresas "creadoras" (otro término mal utilizado) recibieran su correspondiente bonificación. Por suspuesto esto no les gustó, y fue la razón por la que muchas de ellas empezaron a pujar por la eliminación de dichos servicios, así como por la persecución de los usuarios que cometían tal "atrocidad" argumentando que estaban perdiendo dinero y que muchos trabajos se estaban perdiendo. En la otra cara de la moneda, los estudios fílmicos rompían récords de ventas en taquilla de muchos de sus estrenos (un ejemplo), la industria musical se estancaba en la venta de CDs y la venta de música online se disparaba (otro ejemplo). La cantidad de libros publicados en formato electrónico empezó a crecer hasta superar la de los de papel (noticia). Y todo esto gracias a la innovación en la forma de entregar contenido a los usuarios, en la forma de escuchar y poner en práctica sus recomendaciones, es decir, en atender bien a los clientes.

Dediquemos un par de párrafos a entender estos puntos: películas que se estrenan en un país antes que en otro, y aún así rompen récords de venta en todo el mundo, esto sólo puede deberse a que a) la película es muy buena y todo el mundo la recomienda y/o b) que los fans valoran y apoyan el trabajo del autor/director/actor y quieren ver más. Esto se logra ofreciendo el contenido, pero en el caso de Harry Potter, me inclino más por la segunda opción. La historia simplemente es muy buena y llamativa como para dejar pasar la oportunidad de verla en cine, y me siento orgulloso de haberlas visto todas de esa manera. Sin embargo, mucha gente no tiene los recursos para ver una película en estos tiempos. ¿Que cómo es posible? Eso sólo lo preguntan los que no han visto los periódicos, las noticias globales, o viven en lujosas mansiones y tienen dinero para traficar influencias. Estoy hablando de las crisis en todo el mundo, tanto económicas como sociales, naturales, nucleares y de inestabilidad política: terremotos, tsunamis, protestas, recalificación de la deuda de países, balanzas comerciales desbalanceadas que no ven futuro... y el hecho de que el sistema capitalista en general no contempla un límite de recursos y que se espera que siempre haya más dinero, más comida, más petróleo, etc... Y todos sabemos que eso, en un planeta cualquiera, es imposible. Entonces el primer problema con el que nos empezamos a enfrentar es el siguiente: el costo de los productos tradicionales de la industria del entretenimiento es injusto, y posiblemente lo sea porque cada vez esperan que sean mayores las ganancias y menores los esfuerzos, en lugar de reducir los precios para equilibrar las cosas. Que no, no estoy diciendo que sea gratis, pero por favor piensen en quiénes son sus clientes y sus capacidades de pago. Si no quieren hacer caridad con nosotros, por lo menos piensen razonablemente: si bajan los precios, digamos, un 10% entonces tendrían un 20% más de ingresos por volumen de ventas (es un ejemplo). ¿Es que nunca les enseñaron Teoría Económica? ¿Y por qué no ofrecerle un mejor trato a "sus" mentes creativas con ese excedente en lugar de llenar más sus arcas personales? No crean que no han salido a la luz los abusivos contratos que los obligan a firmar para publicar los trabajos. En este punto hago eco del artículo de Eliax, y de Copia este libro ya que en realidad estos contratos son confidenciales y nadie debería conocerlos, excepto por el artista y su discográfica/editorial/productora. ¿Tendrá alguna razón de ser, además de la de tapar su inequidad?

En el caso de la música, y para las personas que crecieron con el LP, el cassette, y finalmente el Audio CD, es común encontrar paquetes de 15 a 20 canciones de las cuales nos interesarán, si acaso, 5, y para completar, a un precio desproporcionado. Mientras que la fabricación de un CD puede costar menos de un dólar estadounidense gracias a la masificación del proceso, el precio de venta sólo se ha elevado en los últimos años. Está bien que quieran subir el precio de los artículos más demandados, es la ley de oferta y demanda, pero no esperen que yo pague por algo que no voy a disfrutar. Y el caso más reciente que vi fue el de la película sobre los soldados que encontraron una caleta del narcotráfico y quisieron quedarse con el dinero, a precio de docena de huevos. y ni así la gente la compra. Vamos, que si el contenido es de calidad, la gente lo compra, es de lógica. Por algo, a pesar de ser de las películas más pirateadas del año, la película de Harry Potter es un récord de taquilla. Otra vez volviendo al caso de la música, la verdad es que no hay nuevos artistas que muevan tanto a las masas como lo hicieron los clásicos. La calidad de la producción musical parece haber decaído en los últimos tiempos. Así, no es de sorprender que las tiendas de música online hayan dado tanto éxito: el comprador sólo tiene que pagar por lo que le gusta, y no por lo que no. Además tiene la opción de probar antes de pagar, de utilizar en cualquier dispositivo de su hogar o vehículo, de no encartarse con engorrosas y voluminosas cajas de discos, y el artista recibe los beneficios más directamente y de manera más transparente. Además, no es la única fuente de ingresos. Los conciertos, las presentaciones, las invitaciones especiales en la televisión son también otras formas de conectarse con los fans y de recaudar fondos que de otra manera se irían a las manos de las editoriales y discográficas.

Finalmente nos queda el tema de los derechos de los usuarios que suben archivos legítimamente a estos servicios de almacenamiento en la nube. Al subir un archivo a estos sitios es como si estuviéramos llevando nuestras cajas con álbumes y álbumes con toda la historia familiar a una bodega que pertenece a una empresa. Y dado que muchas personas borran los archivos de sus computadores y se deshacen de sus discos (ojo con el reciclaje) para que no ocupen tanto espacio en casa, es como si realmente se tratara de los objetos físicos que estamos dejando a cargo de una empresa y no una copia. Pero esta empresa no sólo guarda nuestros archivos por nosotros, sino que guarda los de millones de personas en todo el mundo. Como algunos de esos archivos pueden contener material protegido por derechos de autor, es regular que se hagan verificaciones de sus contenidos y se eliminen del sitio, de manera muy similar a como si en la vida real encontraran cuadros robados, explosivos, drogas, o incluso personas, en una bodega de éstas; es contenido que no se permite tener según el contrato del sitio, pero son los usuarios los que deciden qué ponen allí, y es muy difícil y dispendioso llevar en tiempo real la auditoría de tantos usuarios, de tantas "cajas de álbumes" virtuales. Además, nadie quiere que vean sus fotos de cuando sus padres lo llevaban disfrazado de ratón Pérez a pedir dulces en Halloween (no es mi experiencia personal, se los aseguro, pero casos se han visto). Así que lo que las leyes SOPA y PIPA proponen es precisamente eso, que todo el tráfico de Internet empiece a monitorearse, que todos los comentarios y enlaces sean revisados y que los contenidos de los cyberlockers sean registrados. ¿Se imaginan las colas interminables que habría para llevar nuestros álbumes a una bodega de éstas si tuviéramos que esperar a que alguien revisara cada foto para ver que no infringiera derechos de autor de alguien más? Lo peor es que proponen que no sea una entidad policial quien revise el contenido, sino los mismos sitios o los propietarios y sin una orden judicial, es decir, los mismos que en estos momentos ofrecen contratos con frases como "...podemos usar su imagen a perpetuidad para propósitos comerciales... sin requerir de su parte autorización para la explotación comercial...". En otras palabras, no sólo quieren el derecho a usar nuestra propiedad intelectual sin pagarnos (la misma retórica de ellos, pero invertida), sino que además pueden hacer que nuestros archivos desaparezcan, sin que podamos volver a verlos. Grave, ¿no?

Y esto es precisamente lo que sucedió con el FBI, sin necesidad de que se aprobara la temida ley SOPA, la cual hace pocas horas fue retirada del Congreso por su principal impulsor. Debido a la falta de información las personas y empresas que tenían sus archivos legítimos en el servicio no tienen siquiera un acceso alternativo a los datos, y es posible que nunca lo vuelvan a tener. Si esto no cambia en las próximas horas, es probable que la entidad de investigaciones se vea demandada por invasión de la privacidad, entre otros cargos, ya que por sus acciones se pueden estar afectando muchos negocios y muchas operaciones completamente legítimas (doy fe de las mías y de las de algunas empresas). Tocará estar pendientes a este importante caso, ya que se ven afectados no sólo el bienestar de personas y empresas, sino también el futuro de los servicios que impulsaron la confianza en la nube y revolucionaron la distribución de contenidos, información y opiniones.

1 comentario:

Leon S. Kennedy dijo...

Que falla ese pedacito, Megaupload era uno de los mejores servidores y gestores de descargas. Sin embargo, esperemos que los demas servidores les ponga juicio con los archivos subidos y el caso de la pirateria.

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